Para José Antonio Rivas Barba, miembro del Consejo Directivo de la flota tapatía, la pandemia por el COVID-19 causará tales estragos económicos en las empresas, que la industria podría tardar hasta 4 años en retomar los niveles de facturación previos.
En entrevista para la Revista Transportando Al País, el también vicepresidente de la Región Occidente de la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (CANACAR), consideró que quienes tengan más ordenadas sus empresas y se adapten mejor a los cambios saldrán más rápido adelante. No obstante, afirmó que, por ahora, lo más importante es controlar la crisis de salud nacional para reactivar lo más pronto posible la actividad industrial.
Y es que su empresa, líder en el servicio de transporte de carga regular en el territorio nacional, sufrió caídas de hasta el 50% en el número de fletes durante los meses álgidos de la pandemia. “Es todo un tema cuando traes un ritmo de trabajo, una proyección de crecimiento, de renovación. Y esta situación genera incertidumbre, insatisfacción”, dijo.
El directivo explica que la diversificación ha sido uno de los senderos que le ha permitido seguir a flote, que lo ha orillado a fortalecer sus operaciones en el servicio de transporte internacional, por Nuevo Laredo y Altamira, así como en el Puerto de Manzanillo. Asimismo, no descarta explorar nuevas oportunidades en el segmento de la última milla. “Yo creo que hay que estar atentos a las oportunidades. Nosotros nos diversificamos porque nuestros propios clientes nos lo pidieron. Es importante que las empresas que puedan subsistir estén más en orden, menos endeudadas, analicen sus crecimientos y tomen buenas decisiones”, dijo.
La fortaleza de la compañía se traduce en más de 300 unidades motrices que atienden las sedes de Jalisco, CDMX, Tamaulipas y Colima. Es reconocida en el gremio como una firma especializada en el traslado de mercancías de alto valor, ya que blinda la logística y otorga la certeza de que los clientes recibirán sus productos sin contratiempos.
“Nos dedicamos al carro por entero. Tenemos clientes que apuestan por dar valor a sus mercancías, como la industria tequilera y manufacturera”, señala el transportista.
Añade que, para lograr la satisfacción total de sus clientes, la firma ha apostado por robustecer las herramientas tecnológicas y la capacitación en seguridad.
“Ese es nuestro valor agregado. Hemos invertido en sistemas GPS, GPRS, y contamos con un Centro de Monitoreo de última generación, lo que nos ha demandado un robusto esquema de capacitación a la gente de tráfico, logística, y monitoristas, para evitar al máximo un conato de robo, que cómo sabemos, es el pan de cada día, y es urgente resolver en todo el país”, explicó el empresario.
Por el momento, pese a las inclemencias, Rivas afirma que no ha dado de baja a ningún colaborador. Sin embargo explica que la rotación de personal durante la pandemia sí se dió en algunos casos. «Algunos operadores creyeron que, por cambiar de giro, obtendrían más ganancias. Sin embargo, no fue así, y algunos se quedaron sin trabajo», dijo.
En ese sentido, explicó que, para la firma, el operador es el 95% del éxito del negocio, por lo que ha impulsado kits con tapabocas, gel antibacterial, mayores restricciones en las paradas en el camino, y ha cambiado la visión y los protocolos de acceso a recintos, y de higiene.
En el tema de la renovación de equipo, afirmó que seguirán firmes, pero detendrán el crecimiento de la flota. “Por el nivel de clientes para el que nosotros operamos, necesitamos seguir con el mismo nivel de nuestras unidades. No obstante, no vemos crecimiento en el mediano plazo”, explicó.
Finalmente, Rivas señala que, una vez más, el sector saldrá delante de esta situación, ya que, es un segmento transversal de la economía mundial, y llamó a fortalecer la profesionalización en todos los renglones operativos de las empresas, para no perder las oportunidades que se presenten.