A través de diversos ajustes operativos y financieros una gran cantidad de micro y pequeñas empresas del autotransporte de carga están buscando soluciones que les permitan sobrevivir a la crisis provocada por el COVID-19. Presentamos la tercera entrevista a una empresa afiliada a CANACAR para conocer su estrategia para mantenerse en el camino ante la pandemia.
Entre los robos y la caída de la actividad, el futuro para JN Transport es incierto. Así lo expuso Jaime Núñez, director general de la línea transportista originaria de Morelos.
De acuerdo con Núñez, la especialidad de la empresa es mover carga general en contenedor desde los puertos de Manzanillo, Colima y Lázaro Cárdenas, Michoacán hacia el centro y norte del país. La fortaleza de la compañía está compuesta por 7 tractocamiones que circulan en la modalidad de doble remolque, de los cuales 2 son propios de Nuñez y el resto los administra con varios socios.
Según su testimonio, de abril a junio de este año las operaciones de la pequeña empresa se redujeron hasta un 70 por ciento. “Antes de la pandemia lo mínimo eran dos fulles por semana. Ahora, no es ni un full, sino uno sencillo cada 9 días. La realidad es que estamos aguantando lo más que podamos la situación. No podemos salirnos de Lázaro Cárdenas ni de Manzanillo para buscar nuevos clientes, porque ya estamos afincados. Picar piedra en otros mercados, como somos pequeños, sería más complicado, además de que nuestro equipo es especial para transportar contenedores y estamos asociados con una naviera”, reveló el transportista.
Cifras de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) en abril de 2020, daban cuenta de una caída del 8% en el movimiento total de carga en Manzanillo, y un decrecimiento del 6.4% en el manejo de contenedores en el mismo puerto.
“Si seguimos así, con un viaje por semana, a lo mejor aguantamos este año. Nos estamos acabando el colchoncito. Confiamos en que esto se reactivará y que poco a poco podamos retomar los niveles”, confiesa el empresario.
La esperanza para JN Transport está en la reactivación de más industrias, ya que una vez que se empiecen a mover productos electrónicos, abarrotes, telas, refacciones, entre otros, ellos confían poder normalizar actividades. “La naviera nos dice muy poco. Toda la comunicación es por correo. Lo que nos explican es que, para ayudarnos a todos los transportistas que trabajamos para ellos, nos reparten los pocos viajes que surgen y lo importante para nosotros es estar listos”, dijo.