A través de diversos ajustes operativos y financieros una gran cantidad de micro y pequeñas empresas del autotransporte de carga están buscando soluciones que les permitan sobrevivir a la crisis provocada por el COVID-19. Continuamos presentando entrevistas en las que hacemos un balance de los principales desafíos y estrategias implementadas por 4 empresas afiliadas a CANACAR para mantenerse en el camino.
Para esta sociedad cooperativa instalada en la comunidad Emiliano Zapata, Veracruz, el transporte no es el sostén principal: el negocio está en la cosecha y comercialización de limones para el mercado doméstico y de exportación.
Y aunque la vocación de la compañía se inserta en la industria agroalimentaria, el transporte por carretera se ha convertido en un eslabón sumamente importante para el éxito de la empacadora en estos tiempos de COVID-19, por lo que han puesto especial cuidado en el reparto del producto por cuenta propia.
“La empacadora tiene 12 años constituida y nace a partir de la necesidad de los agricultores de la región de comercializar limón, primero en Estados Unidos, y luego en varias regiones del mundo”, explica Arturo Hernández Ruíz, dueño de la empacadora.
El volumen de trabajo por hora alcanza las 18 toneladas de limón procesadas, que puede alcanzar hasta 150 toneladas por día, listas para venderse en diversos mercados que demandan distintas calidades del crítico.
Sobre la logística, el empresario afirma que todo el producto se cosecha, reposa, separa, embala y transporta por cuenta propia. “Nuestro mercado principal está en Estados Unidos. Todo viaja por camión con temperatura controlada. Tenemos una flota propia de 8 camiones de doble remolque. Regularmente salen 3 fulles hacia McAllen, Texas cada 3 días, porque son viajes de 22 horas”, explica Hernández Ruíz.
¿Cómo impactó el COVID-19?
Para la comercializadora, los estragos de la pandemia empezaron a mediados de febrero, ya que varios de sus mercados europeos y asiáticos resintieron antes que México la crisis inducida por el Coronavirus. Según explica Hernández Ruíz, el ritmo de ventas desaceleró abruptamente a principios de abril, y para el transporte terrestre las inspecciones en aduanas y en la frontera norte empezaron a ser cada vez más rigurosas.
“Vemos hoy todavía un entorno crítico lamentable. A finales de marzo y principios de abril paramos continuamente porque no teníamos trabajo. Al bajar nuestro volumen de ventas de inmediato nos empezaron a golpear los gastos. Ha sido grave para la empresa, porque además de los gastos directos de la operación, estamos viendo la forma de conservar el producto que se nos está quedando, pero nos hemos mantenido gracias a que privilegiamos una buena administración”, afirma el empresario veracruzano.
Consciente de que el transporte del producto ahora es más importante que nunca, –dado que los operadores no pueden hacer “home office” y que no hay margen de error en las entregas–, Hernández afirma que la capacitación, y las certificaciones con que cuenta la empacadora han sido clave para mantenerse a flote.
“La empacadora representa empleo directo para 90 gentes, todos del pueblo. Pero conductores, solo contamos con uno para cada unidad. No hemos despedido a nadie y a los operadores los dotamos de caretas, guantes, antibacterial y enseres para que limpien su camión. Los estamos cuidando, pero también les estamos pidiendo mucho compromiso con la empresa, con los camiones, con los traslados, con el producto, con la seguridad y su salud”, dijo.
«Somos socios de CANACAR y eso nos ha ayudado. Pero también nos ha ayudado el hecho que cumplamos con diversas certificaciones fitosanitarias, protocolos logísticos y administrativas», añadió.
Sobre el futuro de la empacadora Hernández es muy claro: “Con que la empresa no desaparezca nos damos por bien servidos. Pero lamentablemente no veo mucho futuro, porque hay todavía incertidumbre en la reapertura de los mercados, de las aduanas, de la exportación. Está complicado el entorno y lo único que pedimos al gobierno es apoyo, que entienda la situación de los empresarios; en impuestos no nos han tomado en cuenta, y todos venimos arrastrando cosas por la contingencia. Hace falta ese apoyo de hombro del gobierno”, lamenta el empresario.